1. El diseño es la inteligencia de las cosas
La primera característica del buen diseño es el sentido común. El diseño no es una disciplina artística; al contrario: usarlo de forma inteligente nos ayuda a conseguir nuestros objetivos.
2. Diseña una estrategia
Define tus objetivos: qué quieres hacer, adónde quieres llegar y qué pasos hay que seguir.
3. Utiliza el diseño como herramienta
El diseño es una herramienta de precisión. Usa los ingredientes del diseño para comunicar aquello que has definido en la estrategia. No tomes nunca una decisión de manera gratuita.
4. Piensa creativamente
Una idea revolucionaria puede aparecer cuando menos te lo esperas. Si es buena, puede diferenciar tu producto o compañía de la competencia. Hay que estar atento a la creatividad: una vez detectada la idea, analízala aplicando los tres puntos anteriores.
5. Recuerda los tres elementos de la comunicación
El diseño siempre es comunicación. Es necesario analizar si lo que tienes entre manos comunica lo que pretendes: el receptor (tu cliente) debe percibir el mensaje que el emisor (tú) le quiere comunicar. Testea siempre tus diseños.
6. Analiza tu entorno
En cada mercado hay unos estereotipos que se tienen que conocer; estúdialos y úsalos. Si hay que romper estos estereotipos, que sea por un motivo estratégico.
7. La coherencia es la madre de la ciencia
Sé coherente con tu producto. Por ejemplo, si tienes un producto sofisticado, utiliza recursos que te ayuden a reforzar ese valor. Si, por el contrario, se trata de un producto fiable, resistente y fuerte, emplea recursos potentes que te ayuden en el posicionamiento.
8. Busca la excelencia
El diseño por definición es trabajar con equipos de disciplinas muy diferentes. Siempre que puedas, busca la excelencia. Trabajar con un mal redactor, un mal programador o un fotógrafo aficionado puede malograr el trabajo de todo el equipo. Dialoga con el diseñador: solamente del diálogo salen los mejores proyectos.
9. Analiza los resultados
Ahora ya tienes el diseño acabado, ¡felicidades! Pero no caigas en la autocomplacencia; debes ser crítico y analizar los resultados de forma pragmática. ¿Tu diseño te ayuda a posicionar el producto? ¿Mejora la experiencia del usuario? ¿Lo hace más atractivo? ¿Nos hemos equivocado en algo?
10. Mejora tu producto
El mercado, por definición, está vivo. Hay que estar atento y analizar el entorno para que el diseño de tus productos evolucione.
Utiliza la autocrítica para mejorar. Aun teniendo un buen diseño, hay que mejorar siempre que sea posible. Si no, la competencia lo hará antes que tú.