El tono es algo curioso, sobre todo en los productos de gran consumo que se venden en los supermercados. Los diseñadores de packaging se esfuerzan en añadir valor emocional y discurso a los productos a base de tipografías que evocan artesanía, fotografías de campos de trigo a primera hora de la mañana o rebanadas de pan con Nutella perfectas.
Hace unos días nos topamos con un proyecto experimental muy curioso del diseñador gráfico turco Mehmet Gozetlik, “Minimalist effect in the maximalist market”, en el que simplificaba al máximo la gráfica de productos de gran consumo.
Curiosamente, corregidme si no estáis de acuerdo, los proyectos más minimalistas se acercan al mundo del gourmet o del producto exclusivo.
Ese es el poder del diseño gráfico: situar cada producto en su universo de marca.